La tarde uno

 El pasto que miro

Nunca es el mismo pasto

Nunca soy yo el mismo si pestañeo.


Las nubes sobre el campo 

Que sostienen la luz

Son islas de sombras

Que esconden las semillas

Plantadas por los gorriones.


El coigue que miro

Nunca es el mismo coigue.

El huevo sobre su rama se ha abierto

Demoró un pestañeo

El movimiento de la vida.

La brisa al descolgar las hojas

Puso sobre mí

El pulso de las nubes en el suelo.

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